martes, 10 de enero de 2017

SONREIR

Cuando el 31 de diciembre al terminar las campanadas abracé a Anabel y a Francisco Javier entre lágrimas de alegría, vi delante de mí un año distinto, lleno de posibilidades y salidas. Un año fructífero en todos los sentidos. Sólo han pasado 10 días, y no ha dado tiempo a que los cambios que ví se materialicen, seguro. Mi estado es animado, pero las circunstancias no me dejan animarme más aun. Hoy dia 10 de enero me mantengo más con la ilusión que con otra cosa.
Las matemáticas y las cuentas siguen igual, o algo peor. Este mes no hemos pagado la hipoteca. Tampoco. No se puede vivir por encima de nuestras posibilidades, y ahí entra la hipoteca. Sé que cuando los bancos se cansan, te machacan. Estoy preparado, pero solo para recibir el golpe, no para solucionar el pago. Hoy con 20 euros en el bolsillo para afrontar lo que queda de mes no se me ocurre nada para frenar los ataques del banco, ni de aqualia, ni de la vida. Sonrío a la vida y la vida me sonríe, pero con una sonrisa torcida, como de mofa. ¿Es posible? ¿Fue un espejismo lo que vi el 31 de diciembre? ¿Debo creer en los horóscopos?¿Qué dice el mío, soy tauro?¿A qué huelen las nubes?¿De quién eres tú padre? Qué mal sueño el de aquel que no sonría ante el mal.

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