jueves, 12 de enero de 2017

LA DIGNIDAD

Desde 2012 hasta 2014 las calles se llenaron de gentes y personas dispuestas a todo por mantener su "DIGNIDAD", una palabra con la que se llenaban las bocas."No nos la quitarán". Qué bonito. Lo que pasa es que la Dignidad a veces no se quita, se pierde.
Cuando las circunstancias de la vida obligan a hacer cosas y a dejar de hacer otras tantas contrarias a las lógicas y normales de la propia vida y la convivencia con los demás, es en ese momento, ampliado en el tiempo, en el que se va perdiendo y se pierde la Dignidad.
¿Cuándo ha sido la última vez que ustedes se han duchado con agua caliente? No hacerlo es perder la dignidad.
¿Cuándo han bajado la cara o esquivado una mirada por miedo a que te digan? Hacerlo es perder la dignidad. Y es que debo ya dinero a mis vecinos y no se lo puedo devolver. Y en las tiendas del pueblo también.
¿Cuándo han temido hasta casi mearse a un control de la policía o guardia civil? No tener la posibilidad de pasar la ITV es perder la Dignidad.
¿Cuándo han temido una visita de la compañía eléctrica o del agua? Cuando no has podido pagar el recibo y temes el corte pierdes la Dignidad.
¿Cuándo han temido una carta del banco? Pues más de lo mismo.
No poder llevar a mi hijo al colegio con ropa y calzado adecuado es perder la Dignidad.
Esperar un sábado sí y otro no en la fila del Banco de Alimentos te hace perder la Dignidad.
No puedes ir a reuniones familiares. No tienes ya amigos reales con los que pasar un rato. Te aislas y eso te hace perder la Dignidad.
Nadie nos la ha quitado, y al mismo tiempo todos. Pero la realidad es que la hemos perdido.

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