lunes, 5 de diciembre de 2016

Se acaba el lunes sin más novedad que el paso de las horas. Ni una llamada, ni una nueva oferta de trabajo que se adecúe a mi perfil, ni que decir a mi frente, ni más saludos ni más nada.
 Así uno se va desesperando poco a poco. Mientra el tiempo pasa sin nada que apuntar, todo lo demás se va gastando, el sentido del humor, el común y el de la orientación, porque yo ando bastante perdido por la vida.
Cuando por las mañanas me ajusto las gafas para salir a la calle en busca de "no sé qué", me creo que "hoy" va a ser el día, ese día en el que todo se empieza a arreglar, a enderezar. Cuando por la noche decido de irme a la cama no sólo no se ha enderezado nada, sino que yo ando más torcido.
Mañana va a amanecer también, y me levantaré ilusionado y preparado para comerme el mundo, a ver cómo llego a la noche. Entretanto se me cuiden, no vaya a ser que les ocurra algo fuera de lógica y explicación.
Vivimos en una burbuja a la que sólo tienen acceso los acreedores. Ya no hay amigos y los familiares nos huyen, hacen bien. Que harto se vive cuando se vie mal. Adios a todos.

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