lunes, 16 de abril de 2012

KEYNES VIVE

La avaricia de los mercados no es nueva, ya en los albores del siglo XX demostraban su implacabilidad y su hambre. Así durante las primeras décadas del 1900 los mercados se alimentaron insaciables.
      La Gran Depresión tuvo sus efectos más negativos en el Desempleo entre la clase trabajadora en Estados Unidos y Europa.
      Un economista, John Maynard Keynes, introdujo en la Política Económica del momento una nueva idea, que los Estados deben invertir en obra pública para hacer así descender el Desempleo. Asímismo dijo que rebajar el salario está en contra de la creación de riqueza y empleo. Al contrario, las reducciones continuas en los sueldos en realidad aumentarían el Desempleo. En lugar de la demanda individual en el mercado, él ofreció la noción crucial de la “demanda global”, que era el producto no sólo de los consumidores individuales, sino también de las adquisiciones de los inversores particulares y de las entidades estatales. Para que una comunidad capitalista goce siempre de pleno empleo, la “mano invisible” ha de hacerse visible, y un buen gobierno debe controlar el flujo de inversores en obras públicas para garantizar que la demanda global proporcione pleno empleo. Las ideas de Keynes guiaron a Franklin D. Roosevelt y le inspiraron en la Ley de Empleo de 1946. También J.F. Kennedy y sus sucesores siguieron programas keynesianos.
       Así hay que pensar que algo mal está haciendo el Gobierno de España si una teoría que ha servido a EEUU a levantar cabeza de una crisis tan grave como La Gran Depresión, no se está llevando a cabo en nuestro país. No sólo esto sino que se está haciendo todo lo contrario: alimentando a los inversores privados, recortando salarios e inversión pública. Se ha dado la vuelta a la tortilla sin esperar a que se haga por un lado, tan sólo podemos esperar a que se queme.

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